Mejora la experiencia de sonido con paneles acústicos decorativos
Nos hemos gastado una fortuna en un equipo de sonido espectacular, capaz de reproducir con asombrosa fidelidad toda nuestra música, pero aún podemos hacer algo más, podemos mejorar la experiencia de sonido con paneles acústicos decorativos en nuestro espacio.
Porque tan importante es un buen equipo como acondicionar acústicamente la habitación donde queremos disfrutar de él... es ahí donde se nota la importancia del diseño acústico.
El mayor problema que podemos encontrar en casa es la excesiva reverberación, que es el tiempo que pasa entre que recibimos por primera vez un sonido y dejamos de percibir sus reflexiones.
Las ondas rebotan fácilmente en las paredes y techos lisos de nuestras casas, lo que provoca una gran reverberación, pues el sonido perdura sin ser absorbido, llegando incluso a producirse eco en habitaciones grandes y poco amuebladas.
Para solucionar este problema, podemos recurrir a diversos métodos, siendo el más común y sencillo de ellos el de los paneles acústicos absorbentes. Son paneles en los que las ondas de sonido quedan atrapadas, reduciendo así la cantidad de sonido que refleja la pared y, por ende, reduciendo el tiempo de reverberación.
En ARQUINEX como amantes de la música, tenemos gusto por la arquitectura y diseño, hablando de acondicionamiento acústico, podemos recurrir a paneles acústicos, que nos ofrecen diferentes formas y colores que podemos combinar en atractivas composiciones que luzcan en la pared como un cuadro, además de acondicionar nuestra sala.
La cantidad de paneles que necesitemos dependerá mucho del tamaño de nuestra habitación, de la absorción de los muebles que ya tenemos y del tiempo de reverberación que deseemos.
Aunque hay fórmulas y técnicas para calcular el más adecuado, aquí lo mejor es usar un método de ensayo y error, colocando y ajustando los paneles hasta que percibamos el sonido con la reverberación adecuada. El sonido no debe percibirse completamente seco (tiempo de reverberación bajo) pero tampoco convienen abusar de la calidez que provoca un tiempo de reverberación largo, ya que los sonidos se perciben menos nítidos y claros.
PANELES ACÚSTICOS DECORATIVOS
Esta situación puede llevarnos a serios problemas a la hora de mantener un compromiso entre calidad de sonido y estética, ya que los paneles de acondicionamiento acústico (tanto absorbentes como difusores) que podemos encontrar en el mercado no son en todos los casos muy atractivos para colocar en un salón convencional. Todo depende del criterio de diseño acústico, es por eso la importancia de evaluar las distintas posibilidades de aplicaciones y presentaciones de paneles, según los requisitos del proyecto.
Tener en cuenta que si la acústica es muy mala, uno de estos paneles no resolverá el problema, siendo necesario instalar varios e incluso complementarlo con otros elementos como estanterías, muebles, cortinas, alfombras, etc. que ayuden a romper y absorber esas molestas reflexiones sonoras.
Al momento de implementar arquitectura acústica hay que tener varios factores en cuenta como ser:
Evitar un exceso de materiales absorbentes, la aparición de ondas estacionarias o la presencia de resonadores «camuflados» suelen provocar que la escena sonora aparezca emborronada y menos nítida, perdiendo, por tanto, buena parte de su capacidad emotiva. Afortunadamente, podemos resolver en gran medida estos problemas actuando directamente sobre los elementos decorativos de la habitación, que son los que determinan las condiciones acústicas con las que nuestro equipo debe convivir.
El entorno, es el principal componente de cualquier equipo de sonido
No estamos exagerando lo más mínimo. Muchos profesionales del mundo del audio consideran que la acústica de la habitación es igual o, si cabe, más importante que el propio equipo de sonido. Uno de altísima gama instalado en una habitación con una acústica desastrosa nos ofrecerá un sonido emborronado, sin matices, que, sin duda, dejará mucho que desear.
Sin embargo, un equipo normal, de gama media, pero ubicado en una habitación con unas condiciones acústicas favorables puede rendir al 100%, proporcionándonos, incluso, una escena sonora más consistente que una instalación mucho más cara, pero con una acústica muy mejorable.
Los consejos que proponemos son muy asequibles. Tanto que todos ellos pueden ser llevados a cabo recurriendo a los elementos decorativos que casi todos tenemos en casa. Y es que basta modificar la ubicación de algunos de ellos, o, sencillamente, cambiar sutilmente la decoración de nuestro salón, para conseguir que nuestro equipo se transforme y nos permita disfrutar mucho más tanto nuestra música.
ARQUINEX te da 5 consejos sencillos, pero valiosos
1. Coloca una alfombra gruesa entre tus cajas acústicas y la posición de escucha. Muchos aficionados, sin saberlo, ya han mejorado un poco la acústica de su sala, sencillamente, colocando una alfombra. Este objeto tiene la capacidad de absorber una parte de la energía de las ondas que inciden en su superficie.
Esto es bueno porque, de esta forma, conseguiremos incrementar el tiempo que transcurre desde el momento en el que llegan a nuestras orejas las ondas directas que proceden de los altavoces, hasta que llegan las ondas reflejadas por el suelo, que, además, lo harán debilitadas. De esta forma, estas últimas no enmascararán las primeras, permitiendo a nuestro cerebro interpretar mejor las señales que recibe de nuestros oídos.
2. Cubre las ventanas y puertas de cristal con cortinas gruesas.
Las superficies de cristal reflejan la mayor parte de las ondas de sonido que inciden en ellas, absorbiendo poca energía. Además, la que consiguen absorber provoca vibraciones, al ser uno de los elementos más débiles, ya que vibra facilmente debido a su espesor y naturaleza del material lo que les permite emitir su propio sonido, y, así, pueden ocultar una parte de las señales musicales que nos interesa preservar.
Por esta razón, lo ideal es colocar unas cortinas delante tanto de las ventanas como de las puertas de cristal. Una cortina gruesa absorberá una parte de la energía de las ondas que «choquen» contra ella, y, además, las retardará, permitiendo, al igual que la alfombra, que nuestro cerebro discrimine mucho mejor el contenido musical.
3. Las librerías son nuestras mejores aliadas.
La capacidad de absorción de energía de un mueble amplio cubierto de libros puede ser considerable. Si nuestro salón tiene muchos elementos reflectantes, como espejos o un suelo de porcelanato, una librería puede ayudarnos a equilibrar las ondas reflejadas, absorbiendo una parte de su energía.
Además, contribuye a «aislar» la habitación del exterior (al aumentar la masa del muro donde se encuentra), reduciendo la intensidad de las ondas que consiguen escapar hacia fuera del habitáculo, y, así, conseguiremos molestar mucho menos a las personas que se encuentren fuera de la habitación tratada. Pero esto no es todo. Si tu salón es pequeño y nos hemos visto obligados a colocar nuestras cajas acústicas muy cerca de las paredes, las librerías conseguirán absorber eficazmente buena parte de las ondas secundarias (las que se reflejan en el suelo o las paredes), que, de otra forma, empobrecerían la calidad del sonido de nuestro equipo.
4. Si entre tus cajas acústicas y la posición de escucha tienes colocado algún jarrón, evalúa la posibilidad de cambiarlo de ubicación.
Estos elementos decorativos pueden comportarse como resonadores, lo que quiere decir que sufren oscilaciones mecánicas cuando inciden en ellos señales con una determinada longitud de onda. Por esta razón, pueden producir sonidos, desvirtuando así el contenido sonoro original. Toma la posibilidad de quitar cualquier objeto que pueda representar un obstáculo para las ondas que proceden de los altavoces en su viaje hasta tus oídos, como las mesas de centro y las sillas.
5. Las plantas, sin importar si son naturales o artificiales, se comportan de una forma muy similar a los paneles difusores de sonido.
Cuando una onda sonora incide en ellas y choca con sus hojas, se descompone en ondas más pequeñas que, además, son reflejadas en múltiples direcciones. Esta cualidad nos viene de maravilla si nos vemos obligados a colocar nuestras cajas acústicas muy cerca de las paredes, pues, si intercalamos una planta de cierta envergadura entre el altavoz y la pared, conseguiremos controlar con mucha más precisión el retardo y la energía de las ondas reflejadas.
Varias plantas estratégicamente colocadas pueden brindarnos la sensación acústica de que nuestra habitación tiene unas dimensiones mayores, pues nos pueden permitir incrementar el tiempo que transcurre entre la llegada a nuestro oído de las ondas directas y las reflejadas, lo que siempre resulta muy positivo.
#ParaGenteQuePiensayViveDiferente
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