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La escuela del siglo XXI

Foto del escritor: Arq. Acústica Enix N. Saucedo JustinianoArq. Acústica Enix N. Saucedo Justiniano

Mientras que por un lado las escuelas han adoptado nuevas tecnologías en las aulas, por el otro han habido muy pocos cambios respecto a cómo actúan los alumnos en el espacio.

Se busca ayudar a los alumnos a adaptarse mejor al ambiente que los rodea e influir positivamente en su capacidad de concentrarse y aprender en un entorno cómodo y enriquecedor.


Como en todos los proyectos arquitectónicos, entender para qué va a ser utilizado el espacio y qué impacto tendrá sobre sus ocupantes es una cuestión fundamental. Si las escuelas tienen como finalidad preparar a los alumnos para afrontar sus futuros retos (pensamiento creativo, destrezas de diseño, colaboración), necesitamos construir escuelas en las que el espacio arquitectónico facilite a los alumnos la adquisición de las competencias necesarias para el mañana.

Kasper Stoltz

Es profesor asociado de Ciencia de Materiales en la Universidad de Aarhus. También es el director general de [Language of Space], una empresa que aplica el método científico para analizar y diseñar centros educativos.


EL PROBLEMA DEL ESPACIO

En la mayoría de los centros los alumnos continúan sentándose en filas, y todas las clases concurren en un mismo espacio. Que ocho asignaturas completamente diferentes se impartan en una única estancia de 50 m2 básicamente significa que no hay espacio para nada más.


LA IMPORTANCIA DEL DISEÑO

Si nos tomamos en serio destrezas como el pensamiento creativo y la capacidad de colaborar y empatizar, debemos reconsiderar la manera de enseñar, y eso obliga a volver a evaluar el diseño de los espacios de aprendizaje.

El espacio siempre determina lo que es posible hacer o no en él, y si no está diseñado para facilitar una actividad en concreto, sencillamente esta no se podrá llevar a cabo. ¿Si estás sentado en un aula vacía, sin medios adecuados cómo vas a trabajar? Sin ellos, ser. muy difícil proponer algo que no sean tareas teóricas y abstractas. No facilitarán las actividades físicas que pueden impulsar el pensamiento creativo y el espíritu emprendedor.



EL DESARROLLO DE LA CREATIVIDAD

Podrá afirmarse que la educación del siglo XXI exige que se preste especial atención a la creatividad y a la solución de problemas en el mundo físico y en el digital. ¿No estaría bien que en el edificio también hubiera lugares de exposición? Permitir el acceso del resto de habitantes para ver las obras y creaciones de los alumnos no solo redunda en beneficio de la escuela, sino también de la comunidad local. Cuanto más auténtico y numeroso sea el público, mayor será la motivación para participar en las tareas que propone la escuela.


MENOS RUIDO, MÁS JUEGOS

Disñado por el estudio Henning Larsen Architects,el proyecto de la escuela Frederiksbjerg de Aarhus se centró en el movimiento y en el juego. En el marco del congreso School of the Future de 2016, la escuela recibió el galardón School Construction of the Year por su diseño innovador y optimizado.


Para favorecer un ambiente relajado en la escuela, los arquitectos instalaron una gran pared de escalada en paralelo a la escalinata principal, desafiando la manera convencional de desplazarse en el interior del edificio y ofreciendo alternativas innovadoras a los alumnos, así como tres áreas diferenciadas para deportes y juegos.



El movimiento y la actividad física pueden producir mucho ruido. Para contrarrestarlo, en los techos se instalaron paneles Rockfon Sonar. M o Rockfon Boxer. AEX. Ambos productos son muy resistentes a los impactos, por lo que resultan ideales para uso en escuelas.

El ruido en los centros de primaria es inevitable y supuso uno de los mayores desafíos a la hora de diseñar el edificio.

A pesar de su enorme importancia, la acústica es tan solo uno de los factores que deben tenerse en cuenta en el diseño de una escuela.


Es necesario aportar soluciones innovadoras con el fin de garantizar que los espacios educativos puedan centrarse en la forma de aprender de los alumnos y, por tanto, en la mejora continua de las estrategias de enseñanza.

Este es el tipo de ambiente que la escuela Frederiksbjerg pretendía lograr. Con un control absoluto del ruido y de la acústica, los arquitectos fueron capaces de diseñar una escuela enriquecedora e inspiradora donde los alumnos tienen la oportunidad de desarrollar todas sus capacidades.


LA INSPIRACIÓN EMPIEZA EN CASA

La escuela Astrid-Lindgren de Alemania es otro ejemplo de diseño orientado al futuro. El arquitecto responsable del proyecto, Ralf Pohlmann cree que el aspecto más importante de la experiencia escolar es buscar la optimización y, sobre todo, pensar en el futuro… que los alumnos se encuentren a gusto.



Para crear un diseño que elimina cualquier posible elemento de temor o negatividad y consigue que el alumno se sienta en la escuela como en su casa. Los sentimientos negativos se traducen en baja productividad y falta de concentración, de manera que mantener alta la moral de los alumnos es fundamental para lograr un ambiente positivo.


El estilo de enseñanza monótono y aburrido que fue la tánica durante décadas ha pasado a la historia. Todas las aulas están diseñadas expresamente para las materias que se impartirán en ellas, lo cual está en línea con lo que Kasper Stolz nos ha explicado cuando hacía referencia a una clasificación de aula transparente que mejore el aprendizaje.

La escuela Astrid-Lindgren tiene un aula de música, una zona de talleres y varias aulas de arte, y además hay WiFi en todos los edificios y los alumnos utilizan iPads.



UN NUEVO AMANECER ESCOLAR

El objetivo era crear una escuela donde los niños se sintieran seguros y relajados, ofrecer un ambiente cálido donde pudieran desarrollar su capacidad de aprender y absorber información.

Siguiendo el ejemplo de las escuelas suizas, las aulas se reorganizaron de forma que, en lugar de haber pupitres individuales, los niños puedan distribuirse en pequeños grupos llamados "islas de aprendizaje", donde prima el trabajo en equipo.


Asimismo, la tarea de dirigir las clases recae sobre dos maestros, en lugar de uno, que trabajan de forma coordinada.

Puesto que esta filosofía de "islas de aprendizaje" a menudo conlleva un aumento del ruido, se anima a los niños a que conversen e interactúen entre ellos sin alzar la voz, para facilitar el entendimiento mutuo. Por lo tanto, era muy importante que el entorno y el diseño de las aulas reflejaran esa manera de actuar.

Una escuela del siglo XXI debe ofrecer un espacio que permita a los estudiantes actuar de manera libre e individual en un ambiente positivo que favorezca el aprendizaje. La escuela Astrid-Lindgren cumplió con estas directrices, y el resultado ha supuesto un gran beneficio para la comunidad.




#ParaGenteQuePiensayViveDiferente


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